domingo, 3 de agosto de 2008

Ignacio de Loyola

Este es el hombre al que Dios dio la gracia de vivenciar, reflexionar y entregar a otros -abiertos al querer de Dios en sus vidas- su proceso de conversión. Dios le invitó a una vida de conocimiento interno de su Hijo Jesús de modo que todo en Ignacio fuese vida en el Espíritu de Jesús. Vida en el Espíritu gracias a la fe en el Señor le llevó a un intenso amor por la persona de Jesús. Así enamorado del Señor, Ignacio no podía contentarse hasta que su servicio a su Amado le condujera a compartir todo con el Señor: su intimidad con el Padre, su amor compasivo por los pecadores, su predilección por los sencillos y la burla, las humillaciones, hasta beber -según el designio de Dios- el oprobio de la Cruz de Jesús. A todo esto nos conduce el Espíritu a través de los Ejercicios Esprituales Personalizados.

sábado, 11 de agosto de 2007

Comunicación por Internet

Acá describiré las tres maneras que me parecen factibles para comunicarnos vía Internet.

Primera, la manera más sencilla y que está al alcance de todos consiste en una comunicación vía correo electrónico (email). Te aclararía al comienzo qué debes enviarme: o tu historia de fe o tus oraciones o una primera entrevista. Yo oraría sobre el contenido de tu correo y ese mismo día te contestaría para que podamos avanzar en la experiencia de EE.EE. Personalizados.

Segunda, esta segunda manera sería una conversación vía uno de los programas que nos permiten hablar y escucharnos. Por ejemplo Skype. Esta manera de comunicarnos sería preferible a la primera ya que nos permite un contacto más íntimo y más del momento. Necesitas auriculares y un micrófono para este contacto.

Tercera, esta sería la manera de comunicación preferible. Consitiría en una comunicación visible, inmediata y más apropiada a un discernimiento pues nos escucharíamos y a la vez nos veríamos el rostro mutuamente. Yo ciertamente prefiero la eschucha y la visión inmediata para llevar a cabo un retiro personalizado. Necesitarías una cámara Web además de auriculares y un micrófono.

sábado, 4 de agosto de 2007

Proceso de Conversión en los EE.EE. Personalizados

En esta entrada quisiera aclarar el proceso escondido en la práctica de los EE.EE. personalizados:

Lo primero que haremos al comunicarnos será una corta entrevista por Internet para discernir tu momento de gracia. Es decir, tu momento en tu historia personal de salvación desde el designio de Dios. Con la gracia de discernimniento que el Señor me ha concedido y con tu ayuda al compartir tu relación en el hoy con el querer de Dios, decubriremos dónde estás desde las gracias recibidas. No es una captación total de tu relación presente con Dios, sólo se trata de un primer discernimiento de tu vida en el Espíritu. Sea una vida en el Espíritu profunda y de muchos años o superficial y recién captada, siempre hay vida en el Espíritu de Jesús para aquellos que quieran aventurarse en lo que Ignacio de Loyola puede ofrecerles para su crecimiento en el Señor.

Segundo, continuaremos con lo que comunmente llamamos tu historia de fe. No se trata de tu autobiografía o de tu historia de encuentros con Jesús. Se trata del designio del Señor al intervenir múltiples veces en tu vida con su gracia. Dirás, ¿cómo será posible que el Señor me revele su actuar desde su Corazón en mi vida? Si no crees que esto es posible, ya trancas al Espíritu. Esto es cuestión de fe. Si crees se te concederá, si no crees nada recibirás. Si vos no eres capaz de acoger la historia de fe de tu Señor en vos, entonces tendremos que enfatizar al comienzo del retiro el amor incondicional de Jesús por vos. En el amor de Jesús todo es posible. Aprenderás a soltarte como una criatura en los brazos de tu Dios y confiar que nada que salga de su boca será para condenarte o rechazarte; todo lo contrario: confiarás que en el designio de Jesús al intervenir en tu vida con su gracia recibirás de Él amor entrañable que te ha acompañado a lo largo de tu caminata en la vida, pero no sabías que erás tan amada/o por tu Creador y Señor.

El tercer paso en tu retiro personalizado consiste en secundar lo que el Señor ha estado intentando realizar en tu peregrinación. Acá debes confiar en el don de sabiduría y discernimiento de tu director de retiro - en este caso soy yo. Comenzaremos secundando lo que Jesús te ha invitado a acoger de Él en tu hoy. Acá siempre hay resistencias y sobrecogimiento ante la gracia. Con tu ayuda, el director irá llevándote a secundar lo que ya has recibido y a desenmascarar los engaños que te han impedido abrazar el más al que el Señor te ha querido llevar pero tú te has resistido, principalmente porque temes que la novedad de la gracia ofrecida no concuerde con tu definición de felicidad - un grave error.

Cuarto paso. Ya que el tercer paso es muy difícil de lograr sin una fe incondicional en tu Dios, iremos entretejiendo el amor tierno y misericordioso de Dios por vos con las gracias asumidas, y a la vez abrazada/o por el amor fiel de tu Señor los engaños sutiles del enemigo irán cayendo uno a uno. Acá se camina a trompicones. Tendrás días buenos y días en que querrás abandonar el retiro. Necesitas confiar que Jesús no te abandona ni te abandonará.

Quinto paso. Ahora ya estás lista/o para ir discerniendo con tu director las gracias prometidas. Pero antes de entrar en ese discernimiento, pediremos al Señor que te conceda confiar en Él sin reservas que te conceda el don de una fe incondicional en su Persona de modo que el Espíritu de Jesús pueda conducir toda tu vida sin resistencias de tu parte. Mas es bueno tomar conciencia que a lo largo de mis años de director de Ejercicios Espirituales Personalizados, he captado que este don tan especial de una fe incondicional, radical no se concede a todos. El por qué no lo sé. Pero algunos acogen la gracia de dar un salto en fe y dejarse abrazar por Dios como una criatura que no sabe qué hacer con su vida y sólo desea que su Padre le tome de la mano y le conduzca a donde Él vea mejor y otros temen soltarse incondicionalmente en los brazos de Dios y prefieren trabajar para Él; en esta segunda opción de vida tan sutil planifican lo que según su razón y criterio el Señor desea de ellos para su servicio. ¡Qué engaño más atroz del enemigo!

Sexto paso. Si el Señor no te concede la gracia de la fe radical, Él tendrá sus razones. Ten en cuenta que existen predisposiciones del corazón necesarias para esto. La primera consiste en reconocer a tu Dios como tu Creador y Señor que te ha amado primero. No puedes proseguir en busca de esa fe incondicional hasta que no reconozcas que el amor de Dios lo recibes gratuitamente y no se entrega por supuestos méritos. La segunda predisposición tiene que ver con la Santidad de Dios. No puedes relacionarte con tu Creador y Señor sin sobrecogerte ante su Santidad y a la vez esperar la gracia de la fe radical. Sobrecogimiento ante el Dios Santo nos sitúa en nuestro lugar: somos criaturas del Señor del cual dependemos radicalmente en todo. Hay que trabajar estas dos predisposiciones confiando que vendrá la gracia de la fe radical.

Séptimo paso. Si el Señor te concede la gracia de la fe radical, entonces se abre todo un horizonte nuevo de mayor intimidad con la persona de Jesús y su misión. Acá buscaremos por todos los medios una mayor familiaridad con Jesús: conocerle mejor, amarle más, seguirle en su misión según su desiginio para ti. Caminaremos juntos en los EE.EE. hasta que lleguemos al tope de su seguimiento. En este séptimo paso también se da una bifurcación de caminos. Algunos seguirán al Maestro en su misión de evangelización (que de muchas maneras se expresa en nosotros) mientras no tengan que acoger "la locura de la cruz de Cristo." Otros, movidos por una gracia especialísima, abrazarán la cruz del Señor para "completar en su carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo, para bien de su cuerpo."

Octavo paso. Si el Señor te concede la gracia de asumir con Él la locura de su Cruz, de nuevo se abre todo un horizonte novedoso de vida en el Espíritu de Cristo. Al ahondar la gracia asumida de la Cruz del Señor, llega un momento en los EE.EE. donde en justicia puedes afirmar: "ahora no vivo yo, sino que Cristo vive en mí, todo lo que vivo en lo humano se hace vida mía por la fe en el Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí." Todo esto hace posible una relación con el Espíritu del Crucificado-Resucitado de manera que en ti también se manifieste Jesús en su Espíritu Santo, Fuerte, Consolador, Sabio. Acá ya no hay más nada que decir ni hacer; sólo basta escuchar y dejar hacer en ti aquello que a Dios le parece bien.